Las calderas atmosféricas, pertenecen al grupo de más antiguo con utilización de gas natural o gas propano en ciudades y poblaciones donde existe suministro.
Fueron las primeras en instalarse, ya que la tecnología anterior no permitía integrar los avances actuales.
Hay que reconocer, que lo fabricantes, en general, tenía un buen producto, que se basada en durabilidad por unos materiales resistentes.
Pero como contrapartida, esas calderas, tenían muchos aspectos negativos. Algunos ejemplos son que su rendimiento era muy pobre, gastando mucho gas y provocando una contaminación atmosférica muy elevada (excesos de monóxido de carbono, de CO2, etc.).
Existía otro peligro, que se ha tomado forma en diversas ocasiones, ya que la combinación de los gases de la combustión, junto con falta de medidas de seguridad, que eran pocas y de mala eficacia, así como instalaciones precarias y con control mínimo, provocaron bastantes incidentes, desde deflagraciones, hasta muertes por inhalación de los gases.
Por otro lado, estas calderas, dependían de su piloto, el cual tenía que estar siempre encendido, produciendo un consumo constante, o, en caso contrario, la incomodidad de tener que encenderlo cada vez que se pretendía utilizarla.
En la actualidad, estas caldera ya están en desuso, por diversas causas, de las cuales hemos comentado algunas.
Pero a su vez, la legislación, con retraso, ya no permite instalarlas, lo que conlleva, algunas veces, un serio problema, porque muchas edificaciones se plantearon para hacer solo uso de estas calderas, lo que nos lleva como consecuencia en caso de reposición (ya sea porque se decide cambiar o porque no queda más remedio debido a desgaste y roturas irreparables), a tener que hacer ingeniosos cambios y modificaciones de los espacios de ubicación.
Por suerte, todo ha cambiado y en la actualidad van quedando cada vez menos.
Esperemos que pronto podamos todos tener un ahorro económico, más seguridad y ayudemos al ecosistema, que es en realidad nuestra casa.
Departamento Tecnico
Infigroup, S.L.
